El kayak es la embarcación más antigua que se conoce, ya que los historiadores la datan desde hace al menos 3000 años, aunque a lo largo de la historia ha sufrido muchas modificaciones. En nuestros días es principalmente un medio para disfrutar del deporte y el ocio, puede llevar hasta 4 tripulantes y puede estar fabricada de varios materiales, aunque uno de los más comunes es la fibra de vidrio. No siempre fue así, en los orígenes de esta embarcación solo llevaba a una persona, era vital para los habitantes del ártico que la utilizaban para pescar y desplazarse y el material de fabricación era esencialmente piel curtida. Pero hay muchos más detalles interesantes de los orígenes de esta embarcación.
Sus inventores fueron los indios Inuit (conocidos, aunque es un término peyorativo, como esquimales) que vivieron en el norte de Europa, Groenlandia y Canadá. Las medidas eran exactas y se construía alrededor de una persona, por eso eran casi intransferibles, tanto por tamaño como por cultura (la tradición decía que si un Inuit salía a pescar en el kayak de otro no regresaba). La construcción de uno se consideraba un rito de madurez para un niño, ya que había dejado de crecer por lo que ya era un hombre y se le podía construir uno sin que cambiasen las medidas. Lo hacía su familia para que saliera a pescar, aunque desde bien pequeños eran entrenados en la navegación en kayak.
Pero no solo crearon una embarcación que se adaptase a su entorno y sus necesidades, la importancia era tal que crearon todo un sistema de vestimenta para ir en él, una especie de buzo de cuerpo entero hecho, entre otras cosas, de piel de ave y que solo dejaba la cara expuesta. Además, crearon ciertas técnicas para voltear la barca si volcaba puesto que el agua, prácticamente congelada, podía matarlos en cuestión de segundos.
Sea como fuere, los kayaks tienen detrás de sí una rica y larga tradición en una de las culturas más interesantes de nuestro planeta.
No se sabe exactamente el significado del término kayak, también sobre esto existen ciertas leyendas, algunos historiadores afirman que significa “ropa para andar en el agua”, otros simplemente “hombre-barca” y otros que la denominación era otra pero tuvo que cambiarse cuando murió un Inuit que se llamaba así (en la cultura Inuit no se debe usar el nombre de un difunto hasta que se “reincorpore” a otro cuerpo y se le ponga ese nombre, si además es el de un objeto, hay que cambiar ese nombre). Sea como fuere, los kayaks tienen detrás de sí una rica y larga tradición en una de las culturas más interesantes de nuestro planeta.
